HABLEMOS DE LA SILLITA

Nueva campaña de Tráfico para potenciar los dispositivos de seguridad, tanto en asientos delanteros como traseros.

La Dirección General de Tráfico (DGT) vuelve a advertir con datos: de los 24 niños que han perdido la vida este verano en la carretera, casi la mitad, 11 de ellos, no llevaban puesto el cinturón de seguridad o iban «libres» de cualquier sistema de retención infantil. La «incómoda sillita», como alegan algunos padres preguntados, no se usa sobre todo en trayectos urbanos -«se va cerca y te ahorras el tiempo de ajustar la silla», esgrimen algunos-, siendo más generalizado su uso en viajes por carretera, según la DGT. Todavía no es suficiente, atestiguan también los datos de población fallecida en el asfalto en 2009: de las 1.125 víctimas mortales, el 24% no llevaba el cinturón puesto.

Todo ello ha motivado que, auspiciado por la vuelta al cole que se completa esta semana en toda España, Tráfico lance esta semana una nueva campaña para concienciar sobre el uso del cinturón de seguridad y los sistemas de retención infantil. Esta campaña lleva por lema «Ninguna excusa justifica arriesgar una vida. Usa el cinturón» y supondrá que hasta el próximo domingo un despliegue adicional de la Guardia Civil de Tráfico vigile que todos los conductores y pasajeros, incluidos los que vayan en taxi, lleven estos sistemas bien amarrados.

Amarrar al niño, que sea un hábito

Hay que convertir en un hábito el uso del cinturón, recalca la DGT, no sólo para los asientos delanteros (donde se ha demostrado que el empleo del cinturón está más extendido, puesto que en España el porcentaje se sitúa entre un 80 y un 90% de los pilotos y copilotos) como para los traseros, donde decae su uso, según varios estudios, informa Efe. Informes que se completan con la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto a que los accidentes de tráfico son la segunda causa de fallecimiento del segmento de edad que va de los 5 a los 14 años. En este caso, llevar al niño mal sujeto o sin ninguna retención quintuplica las posibilidades de que sufra lesiones mortales. Al contrario, 9 de cada 10 lesiones graves o incluso mortales se pueden evitar con los «molestos e incómodos», pero efectivos dispositivos.