miércoles, 1 de septiembre de 2010

Un programa pionero para que los escolares sobrevivan a la jungla urbana


Hace treinta, veinte e incluso diez años resultaba difícil ver en la puerta de los colegios del centro de Pontevedra a un padre acompañando a clase a un niño mayor de siete años y, mucho menos, hacerlo en coche. Sin embargo, las costumbres de vida actuales han instaurado nuevos hábitos, llenando de vehículos los entornos de los centros y convirtiendo a los escolares en dependientes e incapaces de moverse con libertad y autonomía por la ciudad.

Ahora, el Ayuntamiento ha decidido fomentar un regreso a aquellos años en los que "los niños eran autónomos". "La idea es recuperar la ciudad de antes de que los coches destruyesen la convivencia" urbana, explicó este martes el concejal de Seguridad Ciudadana, Demetrio Gómez.

La fórmula buscada para fomentar esta convivencia entre los escolares y su entorno ha sido el diseño del programa pionero de seguridad vial 'Camiño Escolar', en virtud del cual el Ayuntamiento, la Policía Local y, como centro de experiencia piloto, el colegio Álvarez Limeses buscan fomentar "que los niños puedan ir solos a la escuela y caminando", según explicó Demetrio Gómez.

'Hábitos de vida más saludables'
'Camiño Escolar' es un proyecto educativo integral que convierte la ciudad en el ámbito en el que los niños se forman como ciudadanos autónomos y responsables y con "hábitos de vida más saludables". "Los niños van solos y esto les obliga a tener que llegar a la escuela a una determinada hora y de vuelta a casa a otra, sin que nadie les ayude. Esto hace que sean autónomos, respetuosos con el medio en el que se mueven y responsables", explicó el concejal.

El proyecto es pionero en el conjunto de Galicia y únicamente cuenta con una experiencia anterior similar en Segovia, si bien en esta ciudad el plan consistía en definir un camino seguro para ir al colegio, mientras en Pontevedra la idea es que los niños acudan siguiendo sus rutas habituales, pero contando con determinados apoyos en el recorrido que les den seguridad tanto a ellos mismos como a sus padres para que lleguen sin problemas a clase.

Implicación de padres y profesores
Los distintos apoyos que requiere el programa para desarrollarse con éxito llegan tanto desde la comunidad educativa como del entorno familiar del niño pero van más allá, al implicar a una red de voluntarios que ejerzan de orientadores para los escolares y a un conjunto de establecimientos comerciales y de hostelería que sirvan de punto de referencia para que los niños acudan en caso de encontrarse perdidos o en apuros.

Entre la comunidad escolar, la Policía Local ya ha impartido charlas a los profesores para que incluyan en su currículum clases y consejos de educación vial que ayuden a llevar a buen puerto el proyecto y han enviado una encuesta a los padres del colegio seleccionada para la experiencia piloto para que explicasen cuáles eran los itinerarios seguidos y su predisposición a participar en el programa. De 500 padres que recibieron el cuestionario, la mitad contestaron y mostraron su apoyo al proyecto.

"La idea es que este plan sirva de complemento al programa de educación vial que desde hace años desarrollamos en Pontevedra y que este año pretende incluir a los padres porque no se puede dar a los niños una serie de conceptos si después ven en los adultos actuaciones sin sentido común", explicó el jefe de la Policía Local, Daniel Macenlle.

Durante este mes de septiembre, se impartirán una serie de charlas en el colegio para padres y profesores para implicarlos lo máximo posible y darles formación básica en seguridad vial. Las conferencias estarán a cargo de Pilar Monterrubio, del Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM) e ideóloga del proyecto piloto de Segovia.

Abuelos orientadores
En cuanto al resto de la ciudadanía, este programa busca implicar de forma especial a la tercera edad para que "personas mayores que, muchas veces, podrían ser abuelos de estos niños les sirvan de apoyo". Para ello, se pondrá en marcha una campaña de búsqueda de personas voluntarias para situarse en las horas de entrada y salida del colegio en los puntos de la ciudad que la Policía Local ha identificado como conflictivos en el camino entre la casa y la escuela de los niños que se sumen a la iniciativa.


Estos potenciales abuelos actuarán como auténticos cicerones de los escolares en zonas de la ciudad más difícil para su circulación. "Irán bien señalizados, con chalecos reflectantes, y se situarán en puntos como el cruce entre las calles 12 de Novembro y Joaquín Costa, la rotonda entre la avenida de Vigo y Fernández Ladreda o la intersección entre Uxío Novoneyra y Eduardo Pondal o Joaquín Costa", explicó uno de los policías implicados en el proyecto, Antonio Duarte. "Queremos evitar los máximos riesgos posibles", explicó al respecto Daniel Macenlle.

"La ciudad somos todos, también los niños, y todos debemos comprometernos con esos niños", enfatizó este martes Demetrio Gómez para pasar a detallar que en este programa pionero también resultará fundamental la colaboración de establecimientos comerciales y hosteleros que peguen en sus puertas el logo de 'Camiño Escolar' "para que los niños sepan que pueden entrar y les podrán ayudar indicándoles el camino a casa o poniéndose en contacto con su familia".

Más vigilancia policial
Además, durante los primeros meses de vida de la iniciativa la Policía Local incrementará su vigilancia e implicación en los alrededores del colegio Álvarez Limeses y su área de influencia. Eso sí, siempre con la perspectivas de que al finalizar el curso 2010-2011 el programa esté en plena operatividad y "después de una evaluación poder ponerlo en marcha en todos los colegios del centro de la ciudad".

El concejal del BNG explicó este martes que el proyecto será beneficioso para toda la ciudadanía de Pontevedra, ya que a corto plazo tendrá resultados en una mejor educación vial entre los escolares y sus padres y profesores, en una mejora de la seguridad viaria al reducirse la presencia de coches en la puerta del colegio y en la . A largo plazo, los niños de 7 años o más que se impliquen en 'Camiño Escolar' se convertirán en adultos más formados y concienciados con la seguridad vial.

Demetrio Gómez insistió en que este tipo de iniciativas sólo son posibles en una ciudad como Pontevedra, "en la que se ha trabajado mucho para hacer las calles más seguras y para la convivencia entre coches y peatones. Tenemos una ciudad segura en la que los niños pueden ir por las aceras con bastante tranquilidad".

Fuente: elmundo.es
Fotos: El Mundo, Diario de Pontevedra, Propias

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