lunes, 29 de noviembre de 2010

Educación vial desde la base.

Quince educadoras infantiles han realizado un curso de capacitación para introducir conceptos relacionados con la circulación urbana en niños de 0 a 3 años

Cada escuela presentó sus propuestas de trabajo para aplicar en las aulas

Todavía son bebés, y la mayoría de las personas probablemente piensen que cuando un niño todavía no ha llegado a los tres años es prácticamente imposible comenzar a educarle en algo que le queda todavía tan lejos como la educación vial. Sin embargo no es así, o al menos eso han pensado en Vilagarcía, donde trabajadoras de tres escuelas infantiles han realizado un curso para conseguir introducir conceptos relacionados con los buenos hábitos de circulación, a pie o a bordo de un vehículo, asociándolos con distintos hábitos del día a día en los centros

SOLE REI - VILAGARCÍA Mochi y Galipoli son desde ayer los nuevos instructores viales de los vilagarcianos más jóvenes. Las trabajadores de la Escola Infantil Municipal y de A Galiña Azul de Carril son las responsables de la creación de estas dos mascotas, que en próximos días comenzarán a introducir conceptos relacionados en la educación vial entre los niños de edades comprendidas entre cero y tres años, un rango de edad en el que hasta el momento no se había realizado nunca una experiencia similar.
Según un estudio realizado por el Instituto de Seguridad Viaria de la Fundación Mapfre, el 48% de los menores de 14 años fallecidos en 2009 perdieron la vida en accidentes de tráfico. Este alarmante dato ha servido de base para que quince cuidadoras infantiles se hayan animado a participar en un taller que, durante cuatro sábados consecutivos, les ha valido para sentar las bases de futuras actuaciones.
"Lo que se está iniciando aquí es algo muy novedoso, porque hasta ahora la educación vial siempre se había empezado a impartir entre los tres y los cuatro años", indicaba Nito Romero, responsable del cursillo que acabó ayer en Vilagarcía.
Aunque está claro que un niño de tres meses es demasiado pequeño para tratar de comunicarle normas, la pretensión de las educadoras de los centros infantiles vilagarcianos públicos es conseguir introducir conceptos en las mentes infantiles. Se trata de que los niños interioricen pautas de comportamiento y hábitos en su rutina diaria en las aulas que más tarde podrán aplicar en la calle, cuando vayan caminando o a bordo de un medio de transporte.
Divertidas canciones, juegos, o la colocación de distintas señales que contribuyan a crear una especie de circuito vial en el interior de los centros son algunos de los instrumentos de los que las educadoras se valdrán en los próximos meses.
Una tarjeta roja con esquemáticos dibujos de acciones que no están bien y que implican un castigo señalarán a los alumnos más jóvenes de A Galiña Azul de Silleda, desde donde se desplazaron tres educadoras, que el rojo prohibe. Asimismo, los niños interiorizarán que el verde da vía libre cuando, después de un rato en el "rincón de pensar", su profesora le muestre la tarjeta de ese color que le permite volver a su sitio. En Vilagarcía, los niños tendrán pasos de peatones en la puerta de las aulas y semáforos para saber cuando entrar y salir.
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