A pesar de que este país ha liderado la reducción de accidentes desde el año 2001 en la UE, al haber rebajado la cifra de mortalidad en un 50 por ciento en este ámbito.
Se trata de datos que hoy ha trasladado a Efe el catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, Luís Montoro, que estos días participa en Galicia en un convención internacional de autoescuelas.
En 1989 perdieron la vida en las carreteras de España un total de 9.500 personas, un dato que contrasta con las 2.714 víctimas que se registraron el año pasado, pese a disponer de un parque con 20 millones más de vehículos, ha recordado.
Según Montoro, el permiso de conducir por puntos y los cambios que se produjeron en el Código Penal, que "acabaron con la impunidad de pocos, pero peligrosos ciudadanos", fueron las dos medidas que más influyeron en el importante descenso de accidentes mortales.
Admite que las siguientes medidas que se adopten "serán muy complejas", si bien deberán incidir en el comportamiento que exhiben los conductores en los tramos urbanos de municipios y ciudades, donde, observó, "las cifras no son tan buenas como en las carreteras".
Mejorar la siniestralidad con peatones y reducir los accidentes laborales de tráfico ,-la mitad de los accidentes laborales se producen conduciendo-, son los tres puntos sobre los que Montoro cree que deben incidir las nuevas normas, ya que las grandes políticas de seguridad vial "están bastante asentadas" en España.
Todo esto sucede en un país donde las causas de la siniestralidad viaria están "muy claras" y casi siempre obedecen a comportamientos "de los propios sujetos", de ahí que el "gran problema" se encuentre en el comportamiento humano, donde el alcohol continúa siendo uno de los aspectos que más incide en los accidentes, al margen de haberse constatado "un repunte" en cuestiones de velocidad inadecuada en los últimos meses.
Además, el experto hace hincapié en que entre el 40 y el 45 por ciento de las muertes se debe a cuestiones vinculadas con la distracción, donde la telefonía móvil, incluso con manos libres, juega un papel determinante.
En ese aspecto, resaltó que un simulador de la universidad donde ejerce la cátedra demuestra que, tras el primer minuto y medio de conversación con manos libres, el conductor deja de percibir la mitad de las señales.
Montoro no se ha mostrado partidario de limitar la potencia de los vehículos. Entiende que esa limitación debe estar "en el cerebro humano", con formación y educación En ese sentido ha apuntado que en España la potencia media por vehículo es de 117 caballos, inferior a la que existe en el país más seguro de Europa (Suecia) -donde rozan los 150 caballos de media- o EEUU -que llega a los 170 y no tienen problemas de velocidad-.
Por contra, la potencia puede ser muy útil en la maniobra más peligrosa, el adelantamiento, ha añadido.
Publicado en: Diario ABC
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